martes, 13 de noviembre de 2007

Paréntesis Político: el Rey Juan Carlos vs. Chávez

Ni modo. No me puedo aguantar las ganas de opinar sobre el tema, aunque tenga que posponer un poco mi disertación teológica.

Me limito a una reflexión breve: desde que el Rey Juan Carlos de Borbón regresara a España para hacerse cargo de la nación (idea de Franco), tuvo la vocación de dirigir el proceso de democratización de un país recién salido de una brutal dictadura. Curioso que un heredero de los esquemas políticos medievales fuera uno de los grandes promotores de la modernización política de su país.

¿El resultado? Una nación exitosa, con una funcional democracia donde se han ido alternando gobiernos de derecha (PP) con gobiernos socialistas (como el actual). Pese a que no tiene grandes recurso petroleros. A que también tiene que lidiar con el fenómeno de la migración africana que penetra por Gibraltar. Que tiene que contener a un grupo terrorista dentro de sus propias fronteras. Que vive en permanente negociación con las exigencias de autonomía de catalanes, vascos y gallegos.

Y que con todo y eso, tiene una situación política, social y económica mucho más estable que la de Venezuela, por dónde se quiera ver.

Lo único que Chávez puede presumirle a cualquier gobernante español es su logrado perfil de mesías bananero, así como su marcada personalidad de simio que aprendió a hablar (hay un cuento sensacional de Leopoldo Lugones, por si les interesa el dato).

Por eso sigo sin entender a tanto izquierdista mexicano que se vuelca sobre la actitud del Rey Juan Carlos, obviando que si hay alguien fascista, es Chávez. Irrespetuoso al punto de no entender que una asamblea el turno de hablar es rotativo, no exlcusivo. Y presuntuoso (ingenuo o idiota) al pensar que todos en América Latina le vamos a celebrar su conducta patética.

Claro, ya sabemos que no se va a callar. Ni siquiera cuando Venezuela despierte de la farsa en la que vive (y que no va a ser sostenible por mucho tiempo), chocando con la realidad de una economía que ya es desastrosa, y de un gobierno que está haciendo todo lo posible para que el desastre se convierta en catástrofe.

No va a ser noticia. Todos los presidentes que han gobernado de esa manera han terminado por descubrir que sólo jodieron a su país. Como Alan García en Perú, en su primera gestión. Como López Portillo en México. Como Menem en Argentina.

¿Qué va a hacer Chávez ese día? Lo que cualquier buen mesías bananero sabe hacer: echarle la culpa a otro. Le podrá servir entonces la palabra favorita de nuestro mesías bananero local: un "compló". De los Estados Unidos, de las transnacionales, qué sé yo.

Y da coraje, de verdad da coraje, ver a tanto intelectual, monero o izquierdista mexicano queriendo defender lo abyecto.

Tengo un fuerte rencor histórico contra la monarquía española. Por culpa de ellos, los de mi tribu tuvieron que abandonar la tierra que habían habitado por casi dos mil años, y los que no se quisieron ir tuvieron que renunciar a su fe y a su identidad. Pero hay de casos a casos, y si me pidieran votar a favor de los herederos de esa monarquía o del simiesco payaso continental, mi voto va por España.

Ojalá algún día nuestros militantes de izquierda tengan un arrebatito de lucidez como para terminar de ver que, de los dos modelos socialistas que inevitablemente se comparan aquí--el español y el venezolano--, por el lado que se quiera ver es mejor el Español.

Y si no me creen, sólo hay que esperar unos cuantos años para ver qué país se hunde primero en una crisis. No se necesita ser adivino para saber cuál va a ser.

Y es que aún la monarquía europea es preferible a los caciques tropicales. Más aún si dicha monarquía está ya neutralizada en el entorno de una democracia funcional y moderna, mientras el simio sigue moviendo todo para perpetuarse en el poder.

Mis condolencias para Venezuela. Mis respetos al Rey.

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